Los precios del carburante asfixian a más de 800.000 trabajadores que no son del sector transporte.

El gobierno debe tomar medidas urgentes y activar un plan de choque para contrarrestar los efectos del precio desmesurado de la gasolina y el diésel. UPTA propone una reducción de casi 25 céntimos por litro, el impuesto autonómico, conocido como céntimo sanitario, que serían 4,9 céntimos, más el 50% del IVA, que sumarían otros 19,5 céntimos. Además, el gasoil profesional debe ampliarse a todas las actividades que dependen de un vehículo para el desarrollo de su actividad: fontaneros, pintores, pescaderos, carniceros y un larguísimo etcétera.

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