Los gestores afirman que con la rebaja del IRPF que entró en vigor en enero pasado también hay perdedores: los rentistas.

Un ejemplo: Una persona que ingresó 25.000 euros, de los que 1.500 corresponden a intereses, una ganancia patrimonial y el resto a un alquiler, en el 2014 no pagó ni un solo euro. En cambio, en la declaración de la renta del 2015  deberá pagar 1.243,75 euros. Eso se debe a que con la reforma se ha eliminado la exención de tributar por los primeros 1.500 euros de rendimientos del capital, se ha suprimido la reducción del 100% en los ingresos por alquiler o se ha bajado del 40% al 30% la minoración de la reducción de rentas obtenidas en más de dos años, entre otras medidas. Los gestores también han detectado que titulares de viviendas o apartamentos que alquilan por temporadas o a turistas para cortas estancias han optado por incluir estos ingresos en la declaración ante la campaña iniciada por la Agencia Tributaria.

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