La falta de concreción del nuevo reglamento de protección de datos es la fuente de las principales dudas de las empresas para adaptarse.

Existen grandes inseguridades jurídicas como los conceptos de tratamiento a gran escala para, por ejemplo, saber si tenemos que designar un delegado de protección de datos, o el concepto de riesgo para los derechos y las libertades de las personas físicas para la comunicación de brechas de seguridad."Quizá el error más habitual y que está costando mucho a los departamentos de marketing, es lo que los usuarios hemos sufrido estos últimos días: cientos y cientos de correos electrónicos solicitando de nuevo nuestro consentimiento para la recepción por ejemplo de newsletters". Muchas empresas se están encontrando en una situación aún más compleja: podían tratar los datos de sus clientes porque tenían el consentimiento, pero aún así, han vuelto a pedirles permiso vía correo electrónico por el efecto llamada: "si los demás lo hacen, será que yo también lo tengo que hacer".Si el cliente no ha respondido a esa solicitud, ¿nos atreveríamos a enviarle una comunicación comercial?. Esta situación ha hecho que muchas bases de datos que antes eran perfectamente legítimas, hayan reducido su utilidad a menos de un 10%.

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