El sector bancario pide revisar el impuesto extraordinario.

“Asumimos que se va a mantener, aunque al inicio era temporal por dos años, pero al menos pedimos cambios para evitar que sea discriminatorio como en la actualidad”, explican. La queja de la banca estriba en los límites del gravamen, que fija que solo lo deben abonar las entidades que tuviesen más de 800 millones de margen de intereses y comisiones netas en España en 2019. Es decir, se quedaron fuera entidades como las extranjeras ING, Deutsche Bank o las cajas rurales. Esto, según el sector, les hace competir en desventaja.

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